¿A
QUIEN ESPERAMOS
Por: Secundino Sugasti
V.
Tanto pesebre adornado
esperando mi llegada.
Les llamo a la puerta y nada.
Yo, no soy el esperado.
Una vez llegué a Belén
y nadie me recibía.
Aquí llego a cada día
Y me rechazan también.
¿Están esperando? ¿ A quién?
¿A un niño sofisticado?
Tantas formas he adoptado...
No me quieren conocer.
Sin embargo, puedo ver,
tanto pesebre adornado.
Les llega un niño harapiento
pidiendo para comer,
y tan sólo pueden ver
en él, un mal elemento.
¿No entendieron mi argumento?
¿Estéril fue mi jornada?
Si en mi vida allá pasada,
el placer no me sedujo;
no veo porqué tanto lujo,
Esperando mi llegada.
Tanto adorno, tantas luces,
tanto gasto innecesario.
Y me dejan solitario,
cargando con tantas cruces.
Mi trabajo se reduce
a una hermandad aplicada.
¡Si vieran cuanto me agrada
Cuando los veo compartir!
¡Pero me dejan sufrir!
Les llamo a la puerta y nada.
Celebren mi navidad
sin excesos por favor.
¿En exceso? ¡ Sólo amor!
¡Sería mi felicidad!
Practiquen la caridad;
cooperen con mi reinado.
Tantas veces me han llamado
a reinar, pero en teoría...
Si mi ejemplo no los guía,
Yo, no soy el esperado.
COMO RECIBIR AL SEÑOR
Por:
Secundino Sugasti V.
Te preocupas de tu casa
y descuidas el hogar...
Si a Dios quieres hospedar!
Sin amor, todo fracasa
Con bombillos y bombones
adornas un arbolito.
¡Se ve todo tan bonito!
A recibir te dispones.
Con cantos en grabaciones
que conmueven a quien pasa.
La comida no es escasa;
hay mucha frivolidad...
Al llegar la navidad,
te preocupas de tu casa.
¿Cómo están las relaciones?
¿Son los dos una persona?
¿Con los hijos se razona
al tomar las decisiones?
cuando surgen frustraciones
¿Han logrado dialogar?
¿Hay ambiente familiar
para el niño recibir?
¡Todo es lujo y exhibir,
y descuidas el hogar!
Si Jesús aquí llegara
como a Belén aquel día
mucha casa encontraría
para que allí se quedara!
Eso si, si la buscara
con lujos y bienestar...
Y no vamos a dudar
que sea buena tu intención;
es una equivocación,
si a Dios quieres hospedar.
¡El quiere encontrar amor
cuando decida volver!
Amor debes promover,
para agradar al Señor!
Si en tu casa no hay calor
su llegada allí se aplaza.
Por lo menos se retraza
hasta que sea de su agrado.
Aunque esté todo adornado,
sin amor, todo fracasa.
HUMILDE BIENVENIDA
Por
Secundino Sugasti V.
El
que sobren las posadas
para
esperar a Jesús,
le
demuestra que su luz,
es
cada día más deseada.
Más
parece equivocada
nuestra
forma de esperar.
Con
lujos queremos dar
a
Jesús la bienvenida!
En
cuna muy escogida,
lo
queremos acostar!
Sin
esperar recompensa
hoy
debemos compartir!
Jesús
lo vino a pedir
con
una humildad inmensa!
Esa
criatura indefensa
que
en un pesebre nació,
naciendo
nos concedió
la
gran oportunidad
de
usar solidaridad,
con
El, que tanto nos dio
Celebremos
compartiendo
con
el más necesitado;
El
lo verá con agrado,
porque
es lo que está pidiendo.
Por
los pobres va sufriendo;
le
conmueve la indigencia;
pero
más la indiferencia
de
los que bienes tenemos
y
con ellos nada hacemos,
que
borre la diferencia.
Compartir
con el que tiene
nada
tiene extraordinario;
resulta
tan ordinario
y
es lo que más conviene.
Si
a mi cena nadie viene
que
no tenga qué comer,
o
no pueda responder
invitándome
después,
cambalache
aquello es,
que
jamás me hará crecer.
Celebremos
navidad
sin
tantas ostentaciones;
las
mundanas diversiones,
contrastan
con la humildad.
¡Practiquemos
la hermandad
que
es su santo mandamiento!
Le
sería una voz de aliento
el
ver que no es imposible.
Que
sea nuestro amor tangible,
en
este precioso adviento.
UN SUEÑO
Por:
Secundino Sugasti V.
I
Ya era el
veinticuatro de diciembre
que raro el espacio
se veía…
Una estrella la luz
me dirigía:
Era un mensaje que
venía a traerme.
Del asombro, no
pude contenerme
y queriendo saber
lo que anunciaba,
seguí la estrella
que viniendo a verme,
de un algo
misterioso me avisaba.
II
Aquella estrella mi
rostro iluminó.
Y la miré, porque
algo me decía:
yo no se como, pero
le entendía,
Aquel mensaje que
me enviaba Dios.
Y seguí aquella estrella
tan veloz,
con incansable afán
y regocijo;
es que Dios a
buscarme la mandó,
para que fuera a
adorar su hijo!
III
Iluminado por la
blanca estrella
y meditando con la
frente en alto,
pude llegar hasta
el lugar mas santo
donde fue María,
madre y doncella…
Me asombré al mirar
la humildad aquella
donde me llevó
aquella estrella hermosa.
Mas al ver que
Jesús naciera en ella,
dije: es la morada
mas hermosa!
IV
Miré la estrella
para agradecerle
por esa noble y
bella invitación!
Y sentí latir muy
fuerte el corazón
Estaba triste, pues
no pude verle!
Ya convencido quise
distraerme;
volví a ver a
Jesús…¿Pero donde estaba?
Y oí una voz que me
dijo: duerme!...
¿Qué me
sucedía?...Era que soñaba.
NAVIDAD PANAMEÑA
Por
Secundino
Sugasti V
Que le trajo el Niño
Dios
además de su perdón?
Me trajo un nuevo
pilón
para pilar el arroz.
I
Que es cristiano el
panameño
jamás se puede
negar…
Hay que verlo
disfrutar
del ambiente
navideño.
Cada quien pone su
empeño
cual respondiendo a
una voz.
Todo aquí se mueve
en pos
del niño que va a
nacer
y se escucha por
doquier:
que le trajo el Niño
Dios?
II
Olvidada del ayer,
es dichosa Panamá.
Es de todos navidad,
no solo del Niño
Aquel!
Nacemos todos con
El…
El es nuestro
galardón;
aunque aspiramos al
don
de ser hermanos del
Niño,
esperamos un cariño,
además de su perdón.
III
Esperar que en Noche
Buena
algo nuevo Dios nos
de,
es sinónimo de fe
y gran virtud
desencadena.
Se espera desde una
cena
hasta un carro, o
una loción;
un carrito de
fricción
a un juego
sofisticado;
y hay quien dice con
agrado,
me trajo un nuevo
pilón!
IV
Navidad es celebrada
con espléndida
alegría
y aunque hay gran
algarabía,
no deja de ser
sagrada!
En familia
congregada,
quizás en reunión de
dos;
celebra un grupo
precoz
con reunión en el
casino;
o hace junta el
campesino,
para pilar el arroz.
A una quinceañera que nació el venticinco de Diciembre
A una quinceañera que nació el venticinco de Diciembre
BELLO AGUINALDO
Por:
Secundino Sugasti V
Regalo de navidad
Que mamá estaba
esperando.
Aunque llegaste
llorando,
trajiste felicidad!
I
¿Qué les trajo el
Niño Dios?
Es pregunta
consabida.
Nos trajo una nueva
vida;
muñeca que come
arroz.
Juguete para los
dos,
muñequita de
verdad.
Casi, casi una
deidad,
lo que estábamos pidiendo.
Hoy aquí lo estamos
viendo,
regalo de navidad!
II
Al Niño Dios le
tocó
traerte Niña
risueña;
libre estaba la
cigüeña,
y venir se te
antojó…
Cuando papá se
acostó,
entre verdad y
jugando,
un zapatito,
dudando,
depositó en la
ventana;
y llegó esta niña
sana,
que mamá estaba
esperando!
III
Verdadera noche
buena,
tuvo esta familia
al fin.
Adornasteis el
jardín,
haciendo su vida
amena.
Tu llegar
desencadena
dichas mil que
están flotando.
Y en ti vienen
tomando
realidad y ambrosía!
Trajiste tanta
alegría,
aunque llegaste
llorando!
IV
Cumples quince
primaveras
mejor digo:
navidades
y con mil
felicidades,
te auguramos cuanto
esperas.
Oh preciosa
quinceañera
Dios te colme de
beldad.
Que en su infinita
bondad,
te tenga siempre
presente
ya que con tu don
de gente,
trajisteis
felicidad!
ESCENA NAVIDEÑA
Por;
Secundino Sugasti V
I
Navidad, fecha
sagrada
en negocio
convertida…
¡Por el pobre tan
sufrida!
¡Por el rico tan
deseada!
En mi mente está
grabada
una escena
dolorosa:
donde una madre
solloza
pues le exigen
regresar,
lo que tuvo que
robar,
para su hija, ya
en la fosa!
II
Que devuelva lo
robado?
Me parece un
imposible.
Para mí, es
irresistible!
Además, ya está
enterrado.
Mi niña se lo ha
llevado,
apretándolo en su
pecho!
Y nadie tiene
derecho
a darle tal
decepción!
¡Prefiero la
ejecución,
que violar su
ultimo lecho!
III
Este año en la
navidad,
había dicho su
niñita:
¡Una linda muñequita,
el Niño Dios, me
traerá!..
Hija mía, Dios
proveerá,
la madre siempre
pensaba.
Con sacrificios
ahorraba
para poderla
comprar;
¡Pues no le quería
fallar,
en lo que ella mas
deseaba!
IV
Enfermó su hija
querida
y sin mas
meditación
sacrificó su
ilusión,
por devolverle la
vida!
Cuando tuvo ya
perdida
la esperanza de
salvarle,
la muñeca quiso
darle
pero ya nada
tenía!
Y la niña la pedía,
para mas atormentarle.
V
¡Pensó que antes
que muriera
la tenía que
conseguir!
Aunque hubiera que
pedir,
o robar, o lo que
fuera…
Con tanta ansiedad
la espera
que a la muerte se
resiste.
¡Ya creo que tan
solo existe
esperando su
muñeca!
La madre obcecada
impreca:
Oh Dios! Porqué me
la diste?
VI
Su niña es cuanto
tenía
de la vida gran
trofeo
y con un fuerte
deseo,
la pobrecita
moría!
¡Una muñeca…Decía,
con una voz
vacilante
en estado
agonizante!
Pues la muerte era
inminente
y aunque el robo
es indecente,
no había otro
medio al instante.
VII
¡Con la muñeca
abrazada,
abandonó su
existencia!
¡Pobrecita!..En su
inocencia.
no sabía, que era
robada!
Pues siempre vivía
confiada
que el Niño Dios,
la traería.
La muñeca, aquí
tenía.
¿Como vino? no
interesa.
La madre en su
gran tristeza,
¡Tuvo un rayo de
alegría!
VIII
¡Oh Dios! ¿ Quien
inventaría
esta forma de
alabarte?
No creo que pueda
agradarte
¡Contemplar tanta
agonía!
¡Navidad, es
alegría!
¡Nacer del mundo
Cristiano!
Pero el comercio
profano
explotó tal
sentimiento
¡E hizo de ella
otro tormento,
del sufrido ser
humano!
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