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domingo, 25 de febrero de 2018

BIBLIA Y MEDITACIONES EN VERSOS Capítulo IX

DÉCIMAS DE LA BIBLIA CON CITAS 

                                             Capitulo IX

                                                                 Por: Secundino Sugasti V.



Eh aquí a mi humilde entender
lo que la Biblia nos dice.
Dios con ella nos bendice
si la sabemos leer.
Tan sólo quiero exponer
lo que logre meditando
para que vaya incitando
a muchos a escudriñar.
con mi yerro o mi acertar
mi objetivo iré logrand


Aquí, Jesús, practicó
la sanación a distancia.   Jn. 4, 46 - 54
De lo cual quedó constancia,
que el servido, comprobó.
¿A qué hora se le quitó
a su hijo, la enfermedad?
Y coincidió en realidad,
con la hora en que Él le dijo:
ya tienes sano a tu hijo.
¡Comprobó su potestad!


Es el primer mandamiento,
del decálogo, el resumen.    Mc. 12, 28 - 34
Jesús, pide que le sumen,
fuerza, mente y sentimiento.   Lc. 10, 25
Si lo que digo, no siento,
no tiene ningún valor.
Si le prometo al Señor
sin fuerza de voluntad,
triunfa la debilidad.
¡Porque me falta el amor!


¡A Dios, le pide piedad!
¡En El, pone su esperanza!
Pero el deseo de venganza,
elimina su bondad.         Sal. 41
Suplicamos caridad
y negamos el perdón.
Y pensamos sin razón,
que el Señor, no nos escucha.
Están en eterna lucha,
la mente y el corazón.


Si a los dos, quiere tener
pero uno se le perdió;
cuando el perdido volvió,
¡Es inmenso su placer!     Lc. 15, 11 - 31
No le pueden entender,   
que al pecador, de acogida.  Lc. 15, 1 - 4
¡Si este, es la oveja perdida
que le falta al buen pastor!   Mt. 18, 12
¡Es del rebaño su amor!
No es que sea, su preferida.


Dice Dios, al pueblo impío:
(a Sodoma y a Gomorra.)
El pecado no se borra,
con sacrificio vacío.    Is. 1, 1 - 20
Es el orbe, todo mío.    Sal. 50
No tengo necesidades.
¿Sacrificio de animales
sin un arrepentimiento?
Es tan solo cumplimiento.
Aborrezco veleidades.

A ser jueces, no juguemos.
¡Solo Dios, es justo juez!   Mt. 7, 1
Y Él, juzgará después,
El error que cometemos.   Lc. 6, 36 - 38
En el otro, cuando vemos
Repetirse nuestra acción,
le negamos el perdón
pero a Dios, perdón pedimos.
Porque hicieron lo que hicimos,
¡Les deseamos maldición!

De esta vida pasajera,   Mt. 22, 23
a la eterna pasaremos.   Lc. 20, 27
Como Ángeles seremos,   Mc. 12, 18 - 27
pero en la gloria, o en la hoguera.
Al malo, el Diablo lo espera.
El bueno, con Dios viviendo!
Disfrutando o padeciendo.
Depende de los motivos.
Que Dios, es un Dios de vivos,
aquí nos están diciendo.

Sal y luz, somos nos dijo.
Al mundo, sabor daremos;  Lc. 14, 34
y también lo alumbraremos,  Mc. 4, 21
haciendo lo que hizo el Hijo.  Mt. 5, 13 , 16
Al enviarlo nos bendijo
porque Él, nos vino a enseñar,
al albedrío bien usar
¡Y lo hizo todo bien!
Nosotros, como Él, también,
¡Sal y luz, podemos dar!

Con Jesús, nada perdió,
esa ley que estaba escrita.
Pero esa ley, necesita,
el sentido que le dio.    Mt. 5, 17 - 19
¡El decálogo cumplió,
aquel pueblo, por temor!
Jesús, le suma un valor
que le da la perfección.
Enseñó con su pasión,
a vivirla. ¡Por amor!

Amor a los de mi fe,   1 Co. 6, 1 - 11
san Pablo, aquí, está pidiendo.
Y Jesús me está diciendo,
¡Que el amor, a todos de!   Mt. 5, 38 - 42
Según san Pablo, veré
al prójimo, en el amigo.
Si a quien me ofende maldigo,
dejará de ser mi hermano.
¡Es un amor sobrehumano,
el amor al enemigo!

No tenía necesidades,
Abram, cuando fue llamado.
Tenía riqueza, ganado
e incontables propiedades.
Le esperan adversidades.
Es una real aventura.       Gn. 12 y 13
¡Era una misión tan dura,
pero a Dios, le respondió!
De los pueblos que le dio,
tenía que ser levadura.

Tienen Saray y Abram
razones para dudar.
Muy viejos para procrear,
vemos, que los dos están.
Y como Sara y Abrahán,    Gn. 17, 1 - 22
logran a Isaac, concebir.
Y Dios, nos viene a decir:
para Mí, todo es posible.
Y un milagro tangible,
pudo el mundo recibir.

De su reino, van a hablar.
A Israelitas, los envía.
Pero era el cosmos, sabía,
a quien va a evangelizar.    Mt. 10, 1 - 7
Pero los va a preparar
con su ejemplo y su misión.
Con su vida y su pasión,
la preparación avanza.
El culmen de su enseñanza,
sería su resurrección    Mt. 28, 16 – 20

No por mucho que sabemos
logramos la salvación.
Dios, nos da su bendición,
por el uso que le demos.     Mt. 13, 1 – 23 
Si la enseñanza entendemos
pero jamás la vivimos,       Mc. 4, 1
es semilla que perdimos
por sembrar en mal terreno.   Lc. 8, 4
Sufre Dios, que es padre bueno,
¡Si aún con su amor, sufrimos!

No me pide abandonar
a mi familia Jesús.       Mt. 10, 34 – 11,1
Aquí dice: que es la cruz,
que al seguirlo, he de tomar.
Que no me debe privar
de cumplir con mi misión.     Lc. 14, 26
Como ejemplo, en su pasión,
¡Sus brazos, en cruz abrió!
¡Y a todos nos cubrió,
para darnos protección!

¡Ay de los pueblos que vieron
sus milagros realizarse.   Mt. 11, 20 - 24
Y no los ve aprovecharse,
de la suerte que tuvieron!
Si aquellos, que se perdieron   Jn. 15, 24
testigos, hubieran sido,
de saco, se habrían vestido,
pidiéndole a Dios, perdón.
(Sodoma,  Tiro y Sidón,)
¡Mejor suerte, habrían tenido!

A sabios y entendidos,
Jesús, no vino a buscar.
Su iglesia quiso entregar,
a seres comprometidos.   Mt. 11, 25 - 27
Ahora son los instruidos.
Para el medio, imprescindible.
Pero resulta imposible,
atender a la capilla.
Así, a la gente sencilla,
le resulta inaccesible.

El amor que a Dios le tengo
en el otro, lo demuestro.     Mt. 11, 1 - 8
A mi Dios, jamás secuestro.
Porque a compartirlo vengo.
Si para mí, lo retengo,       Mc. 3, 1
no promuevo la concordia.
Si doy paso a la discordia,    Lc. 6, 1
su tarea no beneficio.     Mc. 2, 23
¡Porque más que sacrificio,
Él, pide misericordia!    Lc. 14, 1

Mi Dios que de ustedes es,
mi padre, que lo es de ustedes.
Abrazarme ahora no puedes.
¡Como a Dios, lo harás después!
A su envío, irá esta vez.    Jn. 20, 1 – 2. 11 - 18
A los suyos viene a enviar,    Lc. 24, 44
a su misión,  continuar.     Mc. 16, 15
Aunque ya no lo verán,
su auxilio, siempre tendrán.   Mt. 28, 16
Su espíritu va a dejar.

La parábola es semilla,
es la chispa, es levadura,    Mt. 13, 24 - 43
enseñanza que perdura.
Luz, que al promoverla brilla.
Así, la gente sencilla
pero que quiere aprender,
preguntando va a entender
el mensaje en su extensión.
Porque pone su atención,
en lo que quiere saber.

En nuestra fragilidad,
llevamos este tesoro.    2 Co. 4, 7 - 15
Se va a derramar el oro,
con mucha facilidad.
Resalta la potestad
de quien todo, supo hacer.
El no nos dejes caer,    Mt. 6, 9
aquí, sale a relucir.
¡A Él, tenemos que pedir
y nos viene a proteger!

Más que oír, hay que escuchar.
Porque se oye, sin querer.
Así, dejamos perder,
su mensaje a su pesar.     Mt. 13, 16 - 17
Jesús nos vino a enseñar.
Pongamos mucha atención.
¡Su palabra es bendición!
La tenemos que exprimir.
¡Quien la sepa recibir,
logrará la salvación.

De su libro ser borrado
a Dios, le pide Moisés.
Chivo expiatorio, él no es
para borrar el pecado.   Ex. 32, 15 - 30
Será el pueblo castigado
por su pecado, le dijo.
Pero  ser el Crucifijo,
¡Para ti, es grande esa cruz!
¡Para esto, vino Jesús!      Mt. 1, 20 - 21
Era la obra, del Dios- Hijo.  

Que Moisés, con Dios, hablaba,
el pueblo bien lo sabía.
Su cara resplandecía
cuando del monte bajaba.
El resplandor delataba,
que algo grande sucedió.
¡En Moisés, algo cambió    2Co. 3, 7
con la presencia divina!
Con esto Dios, ilumina,     2Co. 4, 6
las leyes que les envió.    Ex. 34, 29 - 35

Si la muerte eterna fuera
un cese de tu existir.
Pero es eterno sufrir,
donde un descanso no espera.
¿Quién así, dudar quisiera,
de estar con Dios, o sin Él?
Sin Él, estás con Luz Bel,
con tormentos nada más.
¿O sufres con Satanás?
¡O gozas con Enmanuel!   Mt. 13, 47 – 53

Aunque hermanos, han llamado,
no eran hijos de su madre.
También fue David, su padre    Mt. 1,1
y siglos habían pasado.     Mt. 13, 54 - 58
¿Esto no lo han contemplado?
Fue su hermano, Salomón.
¿Isaac y los otros son,
también, hijos de María?
En la duda relucía,
la malévola intención.

Les dice Dios, que a Moisés,
Él, le habla cara a cara.
en una visión bien clara,
que más que un profeta es.     Nm. 12, 1 - 13
Murmurar de él, esta vez,
fue con lepra castigado.
Esa lepra se ha quitado,
cuando Moisés lo pidió.
El poder que Dios le dio
aquí queda comprobado.

¿Qué es la cruz, para el cristiano?
¡Es la total obediencia!       Mt. 16, 24 - 28
El Hombre,  por excelencia,
la cargó cuando era humano.
Así, dijo nuestro hermano:
que quién se quiera salvar
con su cruz, debe cargar.     Lc.  14, 27
¡Con ella, ejemplo nos dio.
Con méritos, nos pidió,
esta vida, abandonar.

¿Entre esta gente malvada,
hasta cuando, debe estar?   Mc. 9, 14
Él vino solo a enseñar.
Su presencia es limitada.    Mt. 17, 14 - 21
¡Sin Dios, no se puede nada!
Es la primera lección.
Los envía en esta ocasión
y fallan en el intento.       Lc. 9,37
No han llevado el instrumento,
que es ayuno y oración

Era el sol, quien la vestía.
¡Vestimenta extraordinaria!
¡Su pureza es necesaria
porque en ella Dios, venía!
Esto, le tocó a María.    Ap. 12, 1 - 17
¡Dios, en ella se complace!
Logra que el diablo fracase
en su tan malvada empresa.
¡Por su infinita pureza,
asunta al cielo se hace!

A menos que sea castrado,
pecará si no se casa.     Mt. 19, 1 - 12
Si el matrimonio fracasa,
le espera mayor pecado.    Mt. 5, 31
Dios, por eso, ha sentenciado,
que uno solo deben ser.     Mc. 10, 2
Entre el hombre y la mujer,
hay bastante diferencia.
El consenso es exigencia,
a la hora de escoger.       Lc. 16, 18

Conservan la semejanza,
de su creador todavía.
Por eso Jesús, decía:
solo un niño, el reino alcanza.
¡Beatitud y esperanza;
pureza de corazón!
Por esto, los niños son:
de salvación, la receta.    Mt. 19, 13 - 15
Para nosotros, la meta.    Mc. 10, 13
De su lucha, la razón.      Lc. 18, 15

Un castigo prometido,
con dolor, hay que cumplir.
O mandas a delinquir,
al hijo que has corregido.     Jue. 2, 11 - 19
¡Dios, como padre ha querido
a su pueblo proteger,
y lo deja padecer!
Merecida consecuencia
de su gran desobediencia.
¡Pero lo sabe querer!

Dios, le dice aquí a Gedeón:
que en guerra, la calidad
le gana a la cantidad.
Le reduce el batallón.   Jue. 6, 11 - 24
Él, sería su protección.
Con milagros, se lo expresa.
Aunque Gedeón le confiesa
la humildad de su persona,
a Dios, no se le cuestiona.
Triunfó Gedeón en la empresa.

Con salmo este pueblo pide
socorro para su rey.      Sal. 20
Así, protege su grey,
porque en todo, Dios, decide.
Le piden que no se olvide
de holocaustos y ofrenda.
Esperando que comprenda
que aunque Él, no lo pidió,   Sal. 50
piden que lo que les dio,
con su celo lo defienda.

¡Dichoso llama a Simón
porque Dios le dio el poder
de lograr reconocer,
en Él, el más grande don!    Mt. 16, 13 - 20
Lo hace dueño del perdón,  Mc. 8, 27
al mandarlo a perdonar.      Lc. 9, 18
Le dice: que puede dar
del gran tesoro que tiene.
Poder, que de Dios le viene
para atar o desatar.

El reino, está promoviendo
con palabras; ya lo veo.
El levita o el fariseo;     Lc. 11, 39
pero en él, no está viviendo.
Esto, Jesús, está viendo
y por eso les decía:
que todo era hipocresía.   . 23, 13 - 20M
No entra ni deja entrar.
A quien logró conquistar,
su mal ejemplo, perdía.

Con la lámpara encendida
siempre debemos estar.    Mt. 25, 1 - 13
La dejamos agotar            Mc. 13, 35
y no hay paso a eterna vida.
El cristiano se descuida     Lc. 13, 25
porque Cristo no ha cobrado
por lavarlo del pecado
¡Que confesó arrepentido!
Pero a  nadie le ha pedido,
que ensucie lo que ha lavado.

¿Que Dios nos puede probar
en el momento oportuno?
Él le entrega a cada uno,
lo que puede administrar.   Mt. 25, 14 - 30
El que no puso a ganar     Mc. 4, 25
el talento recibido,      Lc. 19, 12
al patrón, no ha sorprendido;
la respuesta, es la esperada.
La enseñanza fue lograda.
¡A todos, nos ha servido!

Detrás de mí, Satanás
le dijo a Pedro, Jesús.
Porque el camino a mi cruz,
¡Con tu amor me cerrarás!    Mt. 16, 21 - 27
¿Qué voz de aliento me das
para ayudarme a cumplir?     Mc. 8, 31
¡Vine a este mundo a servir
como chivo de expiación!
¡Bautismo de mi pasión,
hoy tengo que recibir!

Le dice Dios, a Belén:    Mi. 5, 1 - 4
que aunque sea la más pequeña,
le tocará ser la dueña,
del grande y eterno bien.
Le dice a José, también:
que le va a tocar a él,
ponerle nombre a Enmanuel,
¡Que Dios, con nosotros es!    Mt. 1, 18 - 23
¡Le tocó a María después,
nuestro retorno al Edén!

Los  hermanos en la fe…
si en el mismo Dios, creemos,
preciso es que lo ayudemos,
a practicar lo que cree    Mt. 18, 15 - 20
Cuando dudando se ve,
hagámoslo razonar.
Con él podemos hablar
¡El lenguaje del amor!
Hoy nos promete su autor,
que con nosotros, va a estar.

En este salmo hay promesa
pero también condición.
Si Dios, le da protección,
le será fiel, le confiesa.     Sal. 61
Dios, lo sabe. Así lo expresa
el Dios-Hijo, bien sincero.
Yo, de ustedes, nada espero.
¡Por todos la vida doy!
Ustedes me aman hoy.
¡Más yo, los amé primero!    Jn. 3, 16

Su palabra hay que escuchar
para poderlo entender.
Lo que logramos saber,
lo debemos practicar.   Lc. 6, 43 - 49
¿Lo queremos engañar
llamándole mi Señor?    Mt. 7, 24
¿Confesando falso amor,
me conceda cuanto quise?
Si no hago lo que dice,
no tengo ningún valor.

Total entrega al Señor,
este salmo nos enseña.
¡Al único que se empeña,
Como nuestro protector!
Es el perfecto pastor.     Sal. 27
En Él, podemos confiar.
A todos, vino a cuidar,
respondiendo con su vida.
¡Si estamos en su guarida,
nada nos puede pasar!

¿Acaso debo pecar,     Mt. 9, 9 - 13
para que  Jesús me quiera?
¿O si con Él estuviera,    Mc. 2, 13
Él, me tendría que buscar? 
¿Qué a enfermos, vino a sanar?
¡A nadie quiere perder!
¡Es el sano, su placer!      Lc. 5, 27
Porque a su lado lo tiene.
¡Por el pecador el viene,
a este mundo, a padecer!

La semilla va a llegar      Mc. 4, 1
porque es Dios, el sembrador.
¡Él, la riega con amor!     Mt. 13, 1
A todos, nos va a tocar.   Lc. 8, 4 - 15
Tierra debe preparar
quien la quiera recibir.
Jesús lo vino a decir,
en la forma más sencilla:
Él,  esparce la semilla.
Hay que hacerla producir.

No es la hora del llamado,
la que decide el salario.     Mt. 20, 1 - 16
¿Sabemos que es un denario?
Quien respondió, lo ha ganado.
Si cumplió con lo pactado,
su salario va a obtener.
Si a vida eterna ha de ser,
a lo que el patrón nos llama,
egoísta es quien reclama.
Lo que vale, es responder.

¡Jesús, que vino a enseñar,
como debemos vivir,
aquí, nos quiso decir:
que nos tenemos que amar!   Lc. 8, 19 - 21
¿Madre y hermano llamar
a quien ama a su creador? 
Es dar el justo valor,
a lo que fue su misión:      Mc. 3, 31
¡Traer para la creación,
el reinado del amor!          Mt. 12, 46

A practicar lo aprendido,
a su grupo, enviando está.
Nada lleven, les dirá.
Que Dios provee. ¿Han entendido?
Sin el viático, se han ido    Lc. 9, 1 - 6
y nada les ha faltado.       Mc. 6, 7
Que Dios provee, han comprobado.
La dinámica, funciona.      Mt. 10, 5
¡Que Dios, no nos abandona,
a todos, nos ha enseñado!

Porque abandonan su casa,
Dios, les está reclamando.
Mucho es lo que están sembrando
y su cosecha es escasa.     Ag. 1, 1- 8
Es un pueblo que fracasa
cuando a su Dios, no se adhiere.
Vivir tranquilo prefiere,
sin ley y sin protección.
Ha negado su atención,
¡A su Dios, que bien lo quiere!

¿A los hombres entregado?
No lo podían entender.      Lc. 9, 43 - 45
¿Qué por milagros hacer,
tuviera que ser juzgado?
¿Jesús, sería castigado,
por los milagros que hacía?
Tantas veces lo decía,
anunciando su pasión.
¡Sufrieron gran decepción,
cuando llegó el triste día!

Dios no premia la intención
y tampoco la castiga.
A quien pide que lo siga,
premia o castiga la acción.    Mt. 21, 28 - 32
Sométanlo a discusión…
Dijo uno: no voy y fue.
El otro, con mucha fe,
le dijo: ya voy papá.
Dijo: voy pero no va.
¿A cuál el premio daré?

A ser cual niño, volver,
no es volver a la inocencia.
Es sacar de la conciencia,
lo que nos haga caer.   Mt. 18, 1 – 5. 10
Procurar que nuestro ser
no caiga en la tentación.
Luchar por la salvación
y no solo por la mía.
Así, egoísta sería.
No merezco bendición.

Vemos, que el pueblo lloraba
al escuchar la lectura,     Ne. 8, 1 -12
que la salvación augura,
de un Dios, que a su pueblo amaba.
Esta vez se le explicaba
y con tristeza entendía,
qué tesoro se perdía
por no saber escuchar.
Era una ley singular,
que tan solamente oía.

Que debemos escuchar,
aquí, nos dice Baruc.
Escuchar es gran  virtud.
Es oír y practicar
Dios, no suele castigar.
Nosotros nos castigamos,
cuando su voz despreciamos
cumpliendo nuestro deseo.
En cada fracaso veo,
que oímos y no escuchamos.

Tres personas hay en Él:
el padre que lo engendró,
el Espíritu, inspiró
y está hablando, Enmanuel.   Lc 10, 17 - 24
Dios con nosotros… aquel,
que con nosotros vivió.
En quien a su padre vio,
este mundo pecador.
¡Y muriendo por amor,
el espíritu nos dio!

Al prójimo quiero amar.
Pero…¿Quién es? No lo sé.
¿A quién mi auxilio daré?
¿Lo tendré que adivinar?    Mt. 22, 34
¿Quién me lo puede aclarar?
Aquí, Jesús, lo explicita.     Mc. 12, 28
¡Tu ayuda es por Dios, bendita!
Él quiere tu compasión.
Y merece tu atención,
el que más la necesita.    Lc. 10, 25 – 37

El pedir con insistencia,    Lc. 11, 5 - 13
no es para cansar a Dios.
Es para que nuestra voz,
llegue hasta nuestra conciencia.
Él espera con paciencia,
que pidamos con razón.
Que lo que va a ser un don,
a nadie pueda dañar.
Mi pedido ha de llegar,
de la mente al corazón.

Habla del ex poseído    Lc. 11, 14 - 26
Si al mundo vuelve a caer,
su condición viene a ser,
peor de la que había tenido.
El Diablo encuentra barrido
el hogar que le han quitado.
Al verlo todo ordenado,    Mc. 3, 22
hospeda a siete con él.     Mt. 12 - 23
Ahora tiene a Luz Bel
con los siete que ha llevado.

Llama pobre al fariseo
porque interpreta tan mal
el pecado original,
Para cumplir su deseo.
Se preocupa del aseo
de todo, en el exterior
y mantiene su interior
podrido por la maldad;
y enseña su verdad,    Mt. 23, 1
creyéndose superior.   Lc. 11, 37 – 41

Sí. La fe, justo me hace.
No justifica mi error.
¡La ley vivo por amor!
Y a Dios, le satisface.   Ro. 3, 21 - 31
No es que con la fe remplace
las leyes que nos dejó.
Con la fe, las reformó,
poniendo en la ley, sentido.
Lo que antes había cumplido,
a vivirlo me enseñó.

Aquí, el salmista confiesa:
¡Que nada existe sin Dios!   Sal. 104
Todo responde a su voz,
con gran convicción lo expresa.
Que el universo es su empresa,
que administra a perfección.
No hay aquí, equivocación.
¡Porque Dios, es infalible!
Para Él, todo es posible.
¡Todo el salmo, es bendición!

A quien más se le confía,
se le exige mucho más.     Lc. 12, 39 - 48
Sabiendo de qué es capaz,
tal misión, se le daría.
Si las leyes conocía
y no las quiso cumplir,
el castigo a recibir
corresponde a su pecado.
A quien mucho se le ha dado,
mucho le van a pedir.    Mt. 10, 34

¡Porque soy un pecador
Solo hago sufrir a Dios!
¡Si me hago sordo a su voz,
mi fracaso es su dolor!     Lc. 12, 49 - 53
No es que sea castigador.
Respeta mi decisión.     Sal. 1
¿Fue el infierno mi elección?
Él me dio el libre albedrío.
¿Bien o mal? Asunto mío.   Ro. 6, 19
¡Y razón de su pasión!

¡Un producto del amor,
viene a ser la caridad!
Y Jesús, todo bondad,
aquí expresa su valor.    Lc. 13, 10 - 17
¡Vencido por el dolor!
Que le causa el sufrimiento,
ha violado un mandamiento,
o ley que debía cumplir;
nos enseña a convivir.
¡Poniéndole sentimiento!

¿Soy bueno, porque lo soy?
¡En cuenta lo toma Dios!
No, si responde a una voz,
lo que hago, o lo que doy.    Ro. 9, todo
Si a ser bueno solo voy
para lograr la victoria,
le pongo a la obra una escoria
que oscurece la virtud…
Dios, conoce mi actitud.
No puedo comprar la gloria.

A vencer la vanidad,
nos enseña este pasaje.   Mt. 23, 1 - 12
¡Que llevemos el mensaje,
siendo ejemplo de humildad!
No vale la caridad,       Lc. 20, 45
cuando por ella cobramos.
Por lo menos, esperamos
que nos sea reconocida.    Mc.12, 38
Una caridad vendida,
viene a ser en realidad.

No podemos discutir
las decisiones de Dios.     Ro. 11, 29 - 36
Cuando escuchamos su voz,
solo nos toca, asentir.
Bien podemos desoír,
al teólogo más letrado.
Puede estar equivocado.
¡Dueño es Dios, de la razón!
Ya vemos que cada don,
lo tiene, el que fue llamado.   Hch. 9, 1

¡Desde el abismo, a ti, clamo!
Quiero que escuches mi voz.
Así, queremos a Dios.
Lo necesito y lo llamo.    Sal. 130
Hasta digo que lo amo;
que en mi mente siempre está;
¡Sé que me perdonará,
por lo mucho que me ama!
Es padre que no reclama
y sé que me salvará

¡A desprenderse de sí,     Mt. 10, 37
Para seguir a Jesús.   Lc. 14, 25 - 33
Él lo hizo con la cruz;
la tomó por mí y por tí!
Aunque no se lo pedí,
de todo se desprendió.
Y por nosotros murió,
para enseñarnos a amar.
La cruz, debemos tomar.
Con la cruz, nos redimió.

¡Con orgullo, Pablo lleva
A Dios, la ofrenda mayor!
De hombres, lo hizo pescador
y está pasando la prueba!    Ro. 15, 14 - 21
Es una aventura nueva.
Nadie aquí, metió sus manos.
Está reclutando hermanos,
¡Que a Cristo, no conocían!
Profetas, lo predecían,       Is. 52, 15
para los pueblos paganos.

Con la lámpara encendida,
siempre debemos estar.    Mt. 25, 1 - 13
Por eso, no quiso dar,       Mc. 13, 35
la hora de su venida.     
Es el paso a la otra vida,
de todos sin excepción.
Difiere es la habitación
que allá nos están guardando.
La debo estar reservando,
con mucha anticipación.    Lc. 13, 25

¡Tan solo el samaritano,
a dar las gracias, volvió!
De fe en Dios, ejemplo dio,
esta vez, otro pagano.     Lc. 17, 11 - 19
No es considerado hermano,
por el pueblo de Israel.
Jesús ve que solo un fiel,
a prosternarse ha venido;
de los diez que habían pedido,
el milagro que hizo Él

Aunque a Dios no le temía
ni la gente le importaba,
esta viuda lo cansaba
y de ella, se libraría.     Lc. 18, 1 - 8
Por cansancio le daría
respuesta a su petición.
¿Puede haber comparación
entre el juez y el creador?
Dios, solo prueba el valor,
que tiene nuestra oración.

Dios, nos tiene que educar
aunque a su imagen nos hizo.
Que fuéramos libres quiso
y nos tiene que domar.
Aquí, elige a su pesar
para el pueblo, un domador.
¡Más no le quitó su amor!
Hay en todo, influencia de Él.
Aquí, equilibra Daniel,
a Nabucodonosor.    Dn. 2, 31 - 45

Si cada uno, ya supiera
la hora de su partida,
lo que llaman buena vida,
hasta tal hora, me diera.    Mc. 13, 33 - 37
En los laureles durmiera.
Me dedico a descansar.
Cuando me venga a buscar,
Despierto me encontraría.
Él dice: que noche y día.
Siempre alerta, debo estar.    Mt. 24, 42

Fin de los tiempos, no es,
de la creación, el final.     Is. 2, 1 - 5
Para bien o para mal,
es, que pasa a ser después.
Aquí, nos habla esta vez,
¡Del fin conque el hacedor,
hizo este mundo de amor!
Este fin se va a cumplir.
Aquí, no habla de extinguir.
¡Es su fin, algo mejor!

¡Era el bautismo de Juan,
tan solo preparación
para lograr el perdón,
que traía el segundo Adán!
Que los dos, bautizarán,
¡Era de esperanza un canto!
El suyo, no vale tanto.
Con agua bautizaría.
Y el que detrás de él venía,
con el espíritu Santo.    Mc. 1, 1 – 8

¿Quién me debe perdonar?
¿No es acaso mi ofendido?   Mc. 2, 1
Y si este, Jesús no ha sido…
¿El perdón me debe dar?   Mt. 9, 1
Se pudo aquí, comprobar
Que ha recibido esta vez,
El favor del Justo Juez,
cuando Jesús lo sanó.
¡Con esto se confirmó,
que Dios con nosotros es!  Lc. 5, 17 – 26

La madre de mi Señor,
llama Isabel a María.     Lc. 1, 39 - 45
Por la escritura sabía
que Jesús, era el Creador.
Era Dios que por amor,
se acoge a la encarnación.
Viene a darnos instrucción
para volver al vergel.
¡Dios con nosotros, es Él,   Mt. 1, 23
que trajo la redención!

Aquí, está diciendo Juan:
que Jesús, es Dios, visible.
Es la palabra tangible.     1 Jn. 1, 1 - 4
Lo que ellos, anunciarán.
En uno, los dos están:
el Padre, a quien nadie vio;
el Hijo, Dios que nació,
para que el mundo lo viera.
¡Quien por el mundo muriera
y con su muerte redimió!

¡Desde antes de nacer,
Jesús, era perseguido.   Mt. 2, 13 - 18
Y siendo un recién nacido,
lo tuvieron que esconder!
¡Sacrificado iba a ser
Porque había una profecía
que anunciaba que sería
un rey para el universo.
E intentaba un rey perverso,
eliminar al Mesías!

En esta oportunidad,
ya, dos personas están.
Con el bautismo de Juan,
se logra la Trinidad.
Juan, nos dice la verdad.
Vio al espíritu bajar.
¡En Jesús, vino a  quedar
y tenemos el encanto!
¡Con el Espíritu Santo,
Él, nos vino a bautizar!    Jn. 1, 29 - 34

Le pide el pueblo a Samuel,
un rey que los gobernara.   1 Sm. 8, 1 - 22
Aun que de ellos abusara.
Serían los esclavos de él.
Si conociendo el papel
insisten en su pedido,
que el deseo les sea cumplido.
No importa si les conviene.
Pero cada pueblo tiene,
el gobierno merecido.

A quien no tiene pecado,
no lo tiene que llamar.   Mt. 9,9
Este lo debe ayudar
a llamar al descarriado.
Para ser por Dios amado,
nada tenemos que hacer.
A todos suele querer      Lc. 5, 27
y su amor es siempre igual.
¡Sufre, por quien hace el mal!
¡A nadie quiere perder!    Mc. 2, 13 – 17

Hoy Kefas te llamarás
que piedra quiere decir.
De lo que he de construir,
primera piedra serás.    Jn. 1, 35 - 42
Como Simón, estarás
por Jesús, analizado.
Tu nombre será cambiado
por el que exprese mejor
aquello que vio el Señor,
cuando fuiste presentado.    Mt. 28, 18

El celo por el poder
le hace ver un enemigo
al que solo fue su amigo
y lo vino a defender.   1 Sm. 18, 6 – 9. 19, 1 - 7
Saúl, solo puede ver
en David, su gran rival.
Va a pagar un bien, con mal,
echando todo al olvido.
¡A esa gloria que ha tenido,
le está viendo su final!

La parábola movía
el interés del oyente.   Mc. 4, 1 - 20
Fructificaba en su mente,
o se quedaba vacía.    Mt. 13, 1
Salvar a todos quería.  Lc. 8, 4
Por eso necesitaba,
que aquel, que bien escuchaba,
entrase al reino, a servir.
Lo que él iba a recibir,
al prójimo, se lo daba.

Por los hijos de Leví,
ha venido el mensajero.
Todo acá, es perecedero.
Lo vemos bien claro, aquí.
A Dios, le decimos: sí.    Ml. 3, todo
También a la tentación.
Recibimos la misión,
que prometemos cumplir.
¡No logramos resistir!
Nos vence la polución.

¡Disfrutar la gloria aquí,
Con este salmo logramos.   Sal. 131
Y la salvación ganamos,
Con una actitud así!
Si nada a Dios, le pedí,
Disfruto cuanto me da.
¡Tranquila, mi alma estará!
Y Dios, que todo lo ve,
al verme vivir con fe,
¡Gloria eterna, me dará!

Limpian bien el exterior…
Les preocupa la apariencia.
Y dejan en evidencia,
basuras del interior.    Mc. 7, 1 - 13
Con doctrina superior,
Jesús, nos vino a decir:
que tenemos que vivir,
lo que nos dijo Moisés.    Mt. 15, 10
Que el decálogo no es,
tradición que he de cumplir.

Todo lo hace bien, decían.
Hizo hablar al sordomudo.
¡Lo que era imposible, pudo!
Que Él, era Dios, no sabían.   Mc. 7, 31 - 37
Cuando el milagro veían,
no lograban entender
que un hombre pudiera hacer
lo que solo Dios podía.
Ignoraban que aquel día,
¡A Dios, vinieron a ver!

Seguro de su poder,
si quieres, puedes. Le dijo. 
¡Debes ser de Dios, el hijo.
Todo, lo puedes hacer!   Mc. 1, 40 - 45
Depende de tu querer
ese milagro que espero.   Mt. 8, 2
El enfermo fue sincero,
al decir que en Él creía.
¡Para hacer lo que pedía,
tan solo le dijo: quiero!     Lc. 5, 12

Sus milagros, están viendo
y piden señal del cielo.   Mc. 8, 11 - 13
¡Ven a un ser sin paralelo
Y le siguen exigiendo!    Mt. 16, 1
Quizás, se están convenciendo
que del cielo, ha sido enviado.
Que revelará el pecado,
que creen para Dios, oculto.
Jesús, entendió el insulto.
A dar señal, se ha negado.

Ellos pensaron en pan
porque habló de levadura.
Y no, en la enseñanza impura,
que los fariseos les dan.    Mc. 8, 14 - 21
Cerrados de mente están,
que no pueden entender
que los quiere defender
de la influencia tan herrada,
de esta gente, acostumbrada,
a mandar y nada hacer.      Mt. 23, 2

¡Hoy nos quieren recordar
qué poco valor tenemos.     Mt. 6, 1 -6. 16 – 18
Que a ser tierra volveremos,
aunque sea nuestro pesar!
Que tenemos que cuidar    Sal. 50
nuestro único valor.    2 Co. 5, 20 – 6, 2
Lo que al soplar el creador,
nos dejó de eternidad.
¡Que sea de felicidad!
¡Y no, de eterno dolor!    Jl. 2, 12 – 18

¡Tenía que tomar la cruz!
Es culmen de su misión.
No fue impuesta su pasión.
¡Él, es verdadera luz!     Jn. 1, 9
A todos, decía Jesús:
el que se quiera salvar,
con su cruz, debe cargar
para su ejemplo seguir.    Lc. 9, 22 - 25
De sí mismo prescindir,
si a su reino, quiere entrar.

Ayunar con la cabeza,
sin llegar al corazón;
es cantar sin ton ni son.
Sinónimo de bajeza.       Is. 58, 1 - 10
Quien a Dios, amor confiesa
y al hermano, está oprimiendo,
Dios, que todo lo está viendo,
parece que no lo escucha.
Porque su alabanza es mucha,
pero nada está sintiendo.    Sal. 50

Si no hubieran pecadores,
Jesús, no hubiera venido.    Mc. 2, 13
Vino a buscar lo perdido.     Mt. 9, 9
¡Por ellos, sufrió dolores!   Lc. 5, 27 - 32
Recibieron sus favores,
tanto malos, como buenos.
Y no es que quisiera menos,
al que no tenía pecado.
¡A este, lo tenía a su lado.
y el pecador, no era ajeno!

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